Miercoles 31/10.-
Día hermoso en Buenos Aires, lluvioso. Hasta las pelotas de humedad. Abro una gran ventana, y como un ilusionista... cambio mi estado cerebral.
Creo que todos tenemos un ilusionista dentro. Podemos cambiar nuestro estado (de cerebro) de ánimo en cuestión de milisegundos. Claro que hay gente que puede romper nuestro hechizo o darnos una mano para lograr el truco de la servilleta que se prende fuego y se convierte en rosa. Creo que de eso se trata todo.
Creo que la felicidad es ese cambio-ilusión que se produce por causalidades no previstas. La ilusión dura instantes, pero que felices somos sumergidos en ella. El instante de un abrazo, un reencuentro, un festejo, un paseo. El lugar: junto al mar, en una final, de futbol, del mundo, en un asado, en tu vieja hamaca, en alguna sierra, en una cálida tarde de la infancia, en un ardiente atardecer adolescente, en una fria mañana de un invierno en tu vejez. (Quiero aclarar, por si se mal interpreta, que odio a los autoayuda-boys, a los psico-neo-solucionan tutti y sus libritos de cuarta). En fin, creo que "la vida es bella" aunque en la pelicula no es tan bella para el espectador, más bien es triste.
Comentarios