Monólogo para el hijo de puta con ballenas y hermanitas fantasma

Hoy en la tarde, sin proponérmelo, me puse a contemplar cosas que a los mortales se nos escapan por "La velocidad de las cosas".
Si bien un escritor argentino llamado Rodrigo Fresan tituló un libro de relatos con ese nombre, nada tiene que ver con ese mamotreto de 360 páginas que insistí a mi padre que se regale o me regale, y que yace en la biblioteca de apócrifa, tan solo el pobre...
Volviendo a las velocidad de las cosas y las cosas en si mismas podré robarle el titulo a uno de sus relatos al moderno Fresan "Monólogo para el hijo de puta con ballenas y hermanitas fantasma".
Y podré cambiarle el contenido con ese hermoso título que traigo entre mangas.
La realidad es mucho mas veloz de lo que podemos observar una mañana cuando nos dirigimos a nuestro trabajo. La realidad es mucho mas compleja, más atractiva, más intrínseca que lo que pensamos cuando vamos contando las monedas para el bondi casi un dólar. Es como si fuera esa excelente película dentro de la película Nueve reinas, donde muestran a todos los que te van a afanar en una larga jornada en cualquier pueblo o ciudad de cualquier país, no es cosa de creernos únicos en este tipo de desgracias.
La velocidad de las cosas no apreciable con nuestra mirada. Se tejen muchas cosas más de las que nos imaginamos. Se tejen unas y se venden. Se tejen otras y se venden rumores por puloveres mal tejidos. Se tejen y destejen a nuestros ojos y ya no sabemos mirarlas por que nos han tejido demasiado que las dejamos pasar una por una. Claro que siempre hay extremos y justicieros. Y también soldados y esquizofrénicos.
De todo un poco y un poco de todo.

CONTINUARA....

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