Saquedos nuestros cerebros

   Las redes sociales amplifican el famoso "boca en boca" donde corren los rumores más extravagantes y dañinos que los argentinos amamos consumir. Consumimos y continuamos la eterna cadena por 4 o 5 redes sociales distintas más la radio y la tv, otros solo por el ya prehistórico mail. Esos rumores mayormente originados en la city porteña, mayormente difundidos por operadores de la boludez nacional, por operadores bursátiles de la nada misma.

El argentino necesita estar al tanto de lo que pasa, y de las cientos de horas frente a los canales de noticias en repetición, como los viejos cines continuados de la calle Lavalle, y nos quedamos con la mierda que nos pasa todos los días, arrancando de nuevo el boca a boca.
Hay gente que define su día a día según el estado de animo que le brinda la ahora caja, ultra chata, boba.

El argentino necesita repetir cuanta pelotudez diga el otro, es obvio que está chequeado y sino cuando lo está pronunciando, en un acto bien mágico-argentino, lo está chequeando el mismo.

El argentino habla solo de lo que conoce, solo de lo que vivió, habla por hablar, putea por putear. No es extraño decirle hijo de puta a otro argentino, anoche justo veía la película El atraco con Francella y Cabré y Guillermo le dice a un vendedor de armas español "nunca a un argentino, le putees a la madre", bueno... La película esta situada en el '55.

El argentino no analiza sus palabras, las dice y ya. No analiza el daño que le provoca al otro, a su compatriota. No le importa nada y grita desde el banco de suplentes como si lo que nos pasa es todo un partido de futbol y no nos preocupa quebraduras expuestas a nuestros pares.

El argentino es un buen tipo pero cuantos hijos de puta conocemos!

El argentino es solidario con  lo que le sobra, el argentino siempre dice la verdad, conoce más que nadie la verdad, es la verdad caminando por el barro.

Ahora... Lo que el argentino no sabe es que esa verdad es relativa, esa verdad es Su verdad y no la Verdad.
No analizamos la visión del otro, porque es menos que nosotros, o porque es más que nosotros también. La verdad del argentino es según el color del argentino, según sus creencias, según su descendencia, según su familia, según el hambre que haya sufrido o según la década en que haya sucedido su crecer. Según las muletillas de su padre y los no consejos o miedos de su madre.

El argentino es el que valora más a su madre pero la mujer es puta. El argentino es anti poblaciones o países extranjeros, pero no es nacionalista. El argentino se formó de los barcos, de los distintos continentes, de los gallegos y los tanos, de los alemanes y los árabes y sobre todo de militares, de los torturadores y de los otros, de los populistas y de los borrachos. Pero también el argentino quiere ser europeo y yanqui por que no y mano dura o paredón o el insulto y/o deseo de muerte para sus cohabitantes.

 El argentino tiene armada su línea política, deportiva, insultadora, americanista o racista. El argentino es saqueador por naturaleza.


Saqueamos comida, televisores, Malvinas, gobiernos, cacerolas, vidrieras, cultura y sus libros y películas, regalos con ofertas cada 5 minutos por altoparlantes en los Shoppings. Saqueamos al otro porque piensa distinto, porque no tiene la misma camiseta que nosotros. Saqueamos los clubes, los parques, enrejándolos. Saqueamos la verdad y la justicia con indultos. Saqueamos la democracia pidiendo botas, saqueamos las vidas desapareciendo a los que piensan. Saqueamos la gloria de los que pierden la corona, los que pierden el record, saqueamos nuestras raíces. Saqueamos a los pibes de la esquina y les pagamos para que saqueen por nosotros. Saqueamos nuestros cerebros en los mundiales, saqueamos a nuestros ídolos de toda humanidad, saqueamos cocaína, marihuana y los ya saqueados van por un saque de paco.

Todos somos saqueadores de la verdad. La gente se sigue cagando de hambre, pero la gente no come televisor. La gente puede tener una 4x4 y no tener para comer. La gente puede ser pobre, humilde y cagada de hambre y no saqueó en toda su vida. La gente es pobre y se caga de hambre y las cámaras nunca llegan... y no hay nada más que miseria, nada para saquear, más que barro y tierra colorada.     

Pensamos que la sociedad de consumo es la responsable de la desigualdad, y la gente solo tiene que sentirse útil con laburo, solo el laburo de los pueblos nos hará libres. Cosa que no puede lograr ni la religión, ni el opio, ni el consumo en cuotas sin interés.
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Pero el argentino puede hablar de si mismo y yo soy argentino. Y obviamente no voy a saquear tus pensamientos, que ojalá sean distintos a los míos.


Felices fiestas y que nos encuentre el 2013 un poquito más capaces del doble o triple análisis, de que nuestra verdad también puede convivir con la verdad del otro, según con que cristal se mire la triste realidad que nos toca vivir. Mientras uno de nuestros pibes esté en la esquina matando su ilusión, matando lo que hicieron por nosotros desde nuestros padres hasta nuestros próceres de carne y hueso, mientras esten esos hijos pajeándose el cerebro en la no busqueda del tiempo perdido, encontrando que nada ya, tiene sentido.  Mientras eso pase, seguiremos saqueando nuestro futuro, nuestro país y nadie se escandalizará mañana por un par de televisores asegurados, robados, filmados.