El Living de Mi Cerebro

Prefiero rosas, amor mío, a la patria, y antes amo las magnolias que la gloria y la virtud. En tanto la vida no me canse, dejo que la vida por mí pase siempre que yo quede el mismo. ¿Qué importa a aquel a quien ya nada importa que uno pierda y otro venza si la aurora raya siempre, si cada año con la primavera las hojas aparecen y cesan con el otoño? Y el resto, las demás cosas que los humanos añaden a la vida, ¿qué aumenta en mi alma? Nada, salvo el deseo de indiferencia y la confianza vaga en la hora que escapa. robado de http://eristikos.blogspot.com

En un verano de antaño, en una confiteria de Gesell, la que tiene sillas blancas de hierro, escuchamos este tema con mi padre. El me dijo que en algun momento me iba a gustar mucho porque era uno de esas obras de arte que canta Serrat, con una letra que describe toda una vida, todas las vidas... Dice algo asi... De vez en cuando la vida nos besa en la boca y a colores se despliega como un atlas, nos pasea por las calles en volandas, y nos sentimos en buenas manos; se hace de nuestra medida, toma nuestro paso y saca un conejo de la vieja chistera y uno es feliz como un niño cuando sale de la escuela. De vez en cuando la vida toma conmigo café y está tan bonita que da gusto verla. Se suelta el pelo y me invita a salir con ella a escena. De vez en cuando la vida se nos brinda en cueros y nos regala un sueño tan escurridizo que hay que andarlo de puntillas por no romper el hechizo. De vez en cuando la vida afina con el pincel: se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofre...

Creo que los argentinos somos así "si pasa, pasa..." la cultura del zafando, del me hago el boludo. ¿Habrá ciudadano en el mundo que mejor se mimetiza con un boludo como un argentino? Y no se si está mal pero nos tendría que limitar un poco a la hora de reclamar o de putear o de hablar por hablar, pero no lo logra, es... que ya nos estamos haciendo los boludos nuevamente. Somos un pueblo que se escandaliza de lo que hasta ayer aplaudía, donde nada nos viene bien, donde tampoco reclamamos lo que corresponde hasta que nos tocan el culito. Pero somos divinos, somos como unos lindos boludos, tal vez los más boludos lindos del planeta, obvio que en algo somos los mejores, para no decir en todo. Como ese chiste que dice que el mejor negocio del mundo es comprar un argentino por lo que vale y venderlo por lo que él cree que vale. Yendo un poco a la actualidad política del país, es lamentable como siempre, pero en democracia, y recordando ese golpe a la pelotuda de la esposa del coro...

"Cobos y su insistencia en parecer una fotocopia de De la Rúa, si eso fuera posible. Sanz en el Gran Rex, delante de las viudas decrépitas de la Alianza, bajando como toda línea un “hola, soy Sanz, quiero ser Presidente”. Pino en campaña ¡¡¡en Expoagro!!!, subido a babucha de Clarín y La Nación, por ser contemplativos. El hijo de Alfonsín, contando que ya está cabeza a cabeza con la Presidenta. Como otras veces, da vergüenza seguir. Vergüenza ajena." Nocaut por comparación Eduardo Aliverti Por lo general, nadie siente que los discursos políticos pueden cambiarle la vida en un sentido estricto. A escala histórica, son pocas las alocuciones frente a las que los pueblos se percibieron delante de un hecho decisivo. Pero también ocurre que se necesita del paso del tiempo para mensurar lo profundo, o no, de ciertas verbalizaciones políticas. Y sobre todo, suele suceder que no se las coteja con el resto de lo que se escucha. Esto último es lo acaecido con la palabra presidencial en ...

Estimados, hay un nuevo blog, que promete que sería algo así como... una caja donde guardamos todas las cosas que no conocemos muy bien para que, pero lo justificamos con un para algo va a servir. Y adjunto mi comentario en el blog de Don Goméz. Buen viaje para él y los que visiten su esperado blog. Mi estimado, cuantas cosas para un pequeño comentario. Cuantas cosas en el cajón de esas cosas que uno no tira, porque seguro las necesitará. Cuantas cosas, al igual que en el living de mi cerebro, uno tiene dando vueltas y tal vez ya ha olvidado… pero siguen allí. Como esa vieja moneda que carece de valor de curso legal, una tarjeta en desuso, alguna voz presa en una ya, prehistórica cinta. Recuerdo algún cajón en alguna ya inexistente mesa de luz donde me maravillaba por las pequeñeces que podía contener, donde descansaba entre otras cosas un dado mágico que desaparecía delante de mis ojos ávidos. ¡Cuántas cosas guardadas! Espero que logre juntar cientos o mejor, miles de cosas en esta ca...